5 ene 2013

ENTREVISTA: RAFA BOCERO: GUITARRA, VOZ Y ESENCIA

Por Celia Medina Llanusa

Rafa Bocero se confiesa un romántico empedernido: para mí el amor es todo, dijo durante su visita a Cuba el pasado mes. Son múltiples las maneras en que podríamos introducir esta entrevista: acentuando la arista trovadoresca del español, su condición de filósofo o acaso su interés por investigar las relaciones entre música y metafísica... quizás valdría comenzar comentando sobre los varios escenarios que tomara el trovador para poner su propuesta artística a disposición de distintos públicos en la Isla... Pero no hay que decidirse por uno solo de estos caminos posibles, porque Bocero es de esos buenos conversadores que no se alarman demasiado si asoma una nueva pregunta. Y así, poco a poco, partiendo de sus primeras inquietudes musicales, el cordobés cuenta de cómo se ha hecho a esa aventura que resulta el componer canciones, el intentar transmitir un lugar, y es que la trova para el autor de Hijos del amor (Single, 2011) o Dime que (CD Single, 2008) ante todo es una actitud ética...



“Mi interés por la música empieza desde muy pequeño, desde los seis años más o menos, pues en mi casa siempre se ha cantado. Además, escuchaba boleros de Ravel... por esa etapa esta manifestación me maravillaba, me atrapaba: me tiraba horas y horas escuchando de todo. Me acerqué a la música clásica con Falla y Vivaldi y compuse música con un programa que tenía en el ordenador, ejercicio que me dio el sentido matemático de la música. Luego descubrí la guitarra con una banda de rock clásico melódico inglés y decidí aprender a tocar ese instrumento... me tiraba las horas encerrado con mi guitarra eléctrica.
Pero no le veía el punto, no veía cómo expresarme. Al poco escuché a Silvio Rodríguez y se conjugaron varias cosas: mis ganas de hacer música con la posibilidad de expresar algo... conocí con el trovador cubano que una canción te da un mensaje a través de la letra y de la música. La esencia estaba en la guitarra, la voz y un mensaje. Entonces partí de ahí, quería hacer canciones y de repente un día sorprendí a mis amigos con un grupo de temas, todo era cuestión de que los diera a conocer y a los 18 años presenté mi obra al público en lo que fue un concierto entre amigos. Luego recorrí varias salas de Córdoba y el resultado fue muy bueno: a la gente le gustaba mucho mi propuesta”.

• Desde tu experiencia, ¿cómo funciona la relación entre la canción de autor y la audiencia?
“Para mí fue una sorpresa: siempre he compuesto para mí, sin ningún interés de que mis canciones fueran para un público, digamos que por el simple hecho liberador que produce ...una postura a lo mejor egoísta, pero es así. En ese entonces creía sinceramente que eran canciones que no tenían por qué llegar a alguien: me pasaba algo y lo reflejaba en un texto, que casi siempre era de amor, especialmente de desamor. Fue una grata sorpresa ver que la gente se identificaba con mis temas, lo cual no quiere decir que lo que pensaba era compartido por el espectador, pero sí que se identificaban, sí que me pedían canciones, sí que me preguntaban si estaba componiendo... todo eso me tomó por sorpresa, no era el propósito”.

• ¿Cuáles mencionarías como elementos fundamentales de la canción de autor?
“Dentro de lo posible me gusta llamar a las cosas por su nombre. Si bien es cierto que cantautor dice de lo que hace uno, hay mil personas que cantan sobre lo que hacen y no son considerados cantautores. Buscando sobre este asunto descubrí que la palabra trovador venía del vocablo árabe tarab, que se traduce como duende, como esencia. Para mí se trata de buscar la esencia, de buscar el duende, y ahí di con lo que yo creo es la clave: no basta con escribir un texto, una música y cantarlo. Todo está en conseguir la esencia”.

• ¿Transformaron de alguna manera los estudios de filosofía tu forma de enfrentar la música, de escribir canciones?
“Yo compongo antes de estudiar filosofía. Estuve años tocando en Córdoba antes de irme a Sevilla a cursar esa carrera. En esa época le dediqué mucho tiempo a mis estudios, pero sin dejar la música. Yo tenía claro lo que quería y me iba acercando a los temas que más me gustaban. En el fondo es lo mismo: en mi experiencia lo importante es la forma de enfrentar la vida, que es lo mismo que enfocar una canción, lo que las hace distintas es la técnica. Para mí la filosofía es algo que llevo dentro: voy asimilando lecturas, enseñanzas, y eso se va volcando a las letras. Lo otro es que cuando compones canciones no eres totalmente consciente de todo lo que haces, por lo menos es lo que a mí me pasa: escribes por una sensación; luego la reflexión te ayuda a observar la forma en la que has escrito”.

• Durante el concierto en la Sala Majadahonda del Centro Pablo (La Habana) advertías de la influencia flamenca que aflora cuando tocas la guitarra.
“Pues soy de una tierra donde el flamenco es la música. Pero el flamenco, aparte de ser una forma de ver la vida, es un estudio... yo lo he vivido, pero no lo práctico. Es curioso: cuando empecé a componer me acercaba más al pop. Ese sentir andaluz, flamenco, a mí me surgió de muy joven, la primera vez que fui a Paris: fue como un reivindicarme desde fuera y dejé que ese ambiente marcara mis canciones.
“Un giro importante en este sentido ocurrió al término de la carrera, cuando me voy a Madrid y decido dedicarme a la música. Al poco tiempo me presento en lugares de prestigio y durante esa etapa doy con lo que creo es mi esencia; cuando considero que la he conseguido me vuelvo a Córdoba y decido grabar. Tuve la suerte de contactar con Vicente Amigo, quien me apoyó para esta primera producción. El mundo de Vicente es el flamenco, aunque tiene otros ámbitos, y eso posibilitó que mi primer disco tuviera un influjo claro del flamenco: así, esa parte que yo tenía flamenca, se imprime en la música de la mejor forma posible”.
(El disco "Esencia"está producido junto a Lauren Serrano, ingeniero de sonido del Maestro cordobés y José Manuel Hierro, guitarrista que lo ha acompañado por todo el mundo desde hace más de 20 años)

• La visita a Cuba incluyó presentaciones por toda la Isla, pero también un espacio para la investigación...
“Ahora mismo estoy llevando a cabo un trabajo para mi tesis que se llama Música y metafísica. Dentro de este estudio abordo la trova, entendida como tarav. Mi intención es recorrer el fenómeno desde su surgimiento hasta nuestros días. Desde el siglo XIX Cuba es el país de los trovadores y ese es un fenómeno excepcional: aquí está muy bien visto que uno haga canciones de amor, eso no pasa en todos lados. Para mí venir a Cuba es como venir al LUGAR. Y parte de mi investigación es empaparme, interactuar con otros trovadores, conversar, compartir canciones, rodearme de todo lo que significa la trova, no solo para el intérprete sino también para el entorno social”.

• Mencionabas diferencias entre los modos en que los cantautores son percibidos por su contexto.
“Partimos de dos circunstancias diferentes: el cantautor en España es un espécimen y en Cuba es un músico. En España hay grandes cantautores: Serrat, Aute, pero son contados... no existe el sentido de trovador, la gente no lo entiende como un oficio. En Cuba se da de otra manera: por lo que he visto ser trovador es algo muy natural, se entiende que lo que dicen y cuentan es importante para el día a día, no tiene que ver con vender, que es la perspectiva que hay allá. Repito: lo que pasa aquí es excepcional”.

• Llamabas la atención también durante el concierto en el Centro Pablo sobre cómo tus canciones exploran el amor...
“Soy un romántico, para mí el amor es todo. Creo que uno conoce primero el amor de una forma estética, por los sentidos: es lo que hace que te alegres, que te pasen cosas en la barriga, que se te quiten las ganas de comer. Pero a la hora de entenderlo y de vivirlo es diferente, y vamos a la parte ética, entendida como la forma de estar bien: el amor lo es todo, donde se da todo. No hay nada que me interese más que eso. Es indefinible y en eso estamos: buscándolo, intentando vivirlo... tal cual”.



Entrevista publicada en el Boletín Memoria 155 del Centro Cultural "Pablo de la Torriente Brau", Habana Vieja, Diciembre 2012
http://www.centropablo.cult.cu/boletines/bol_155.pdf

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